Post-MIRAI: Sincretismo

Hace unos meses tuve la oportunidad de visitar Japón, gracias al Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón (MOFA), a través de la embajada de Japón en España, y el Centro de Cooperación Internacional de Japón (JICE). Fue en el marco de MIRAI, un interesante programa de intercambio cultural del gobierno japonés.

Como estudiante de la lengua japonesa, una de las cosas llamativas que uno observa desde el principio es la cantidad de formas distintas que se usan para escribir ese idioma.

Para empezar están los caracteres 漢字 (kanji, más o menos literalmente caracter chino), que se importaron de China durante el primer milenio. Al principio probablemente se usaban solamente para leer y escribir Chino, la lengua de la cultura en aquella época. Pero el Japonés no desapareció, y aunque es bastante distinto al Chino, se aprovecharon los mismos caracteres para escribirlo. Hoy en día algunos de estos símbolos siguen compartiendo forma, significado, y hasta pronunciación, pero lo gran mayoría han derivado en uno o todos los aspectos.

En Shibuya los caracteres y alfabetos se mezclan sin problemas
En Shibuya los caracteres y alfabetos se mezclan sin problemas
Esto es claramente el ápice de la modernidad, pero en otros lugares también se aprecia
Esto es claramente el ápice de la modernidad, pero en otros lugares también se aprecia

Del conjunto de caracteres chinos se derivó otra forma de escritura: el hiragana (ひらがな). Este es un silabario fonético, es decir, se utiliza para representar sonidos, en lugar de significados como los 漢字. Los ひらがな se crearon como simplificaciones de 漢字 con ese sonido, aunque el origen no siempre es claramente reconocible. Sin embargo, no se dejaron de utilizar los 漢字, sino que se usaban ambas formas de escritura.

Posteriormente, aún otro silabario fue creado, representando los mismos sonidos que el ひらがな, y usando las mismas reglas, pero con caracteres ligeramente distintos. Este es el katakana: カタカナ. Finalmente, con la apertura de Japón al mundo exterior hace un par de siglos, la cultura Occidental se ha ido introduciendo, y con ella el alfabeto latino que se usa para las grandes lenguas Europeas. En Japonés se le denomina “romaji” (lit. caracteres romanos), y se utiliza sobre todo para trascribir palabras en inglés, pero se puede usar también para las palabras nativas, y donde brilla es en la trascripción de números, gracias a ese gran invento que son los numerales arábicos.

Hoy en día, para manejarse correctamente en Japonés es necesario dominar todas estas formas de escritura. Quizá el alfabeto occidental no es estrictamente necesario para escribir, pero como pude observar durante mi estancia en Tokyo, Hiroshima y Kyoto, su presencia es innegable y su utilidad clara.

Aunque sea el aeropuerto, no es sólo para extranjeros
Aunque sea el aeropuerto, no es sólo para extranjeros

A grandes rasgos, los caracteres chinos siguen siendo la base del léxico, representando los significados y sus pronunciaciones, normalmente llamadas lecturas. Pero al contrario que el Chino, el Japonés es una lengua altamente flexiva, es decir que presenta conjugación y otras modificaciones de los verbos, adjetivos y otras palabras. Así que el ひらがな resulta vital no sólo para transcribir la lengua oral, sino también para la propia estructura morfológica del idioma, pues se utiliza para representar estas modificaciones que se realizan sobre los lexemas, habitualmente identificados con 漢字. Y junto a ellos, el カタカナ y el “romaji” también tienen su lugar irrenunciable, en el que no entraré aquí por no extenderme más.

En definitiva, a lo largo de la Historia distintas formas de escritura han ido apareciendo en Japón, pero en lugar de entrar en conflicto y unas reemplazar a otras, han ido cada una buscando su nicho, y manteniéndose en uso de forma simultánea. Aunque puede parecer un accidente histórico, realmente es un reflejo del espíritu japonés, que se observa en otras áreas de su cultura.

Un ejemplo claro es la religión. La espiritualidad endémica del país del sol naciente es el Shinto o Sintoísmo, una adoración animista de las deidades o espíritus naturales que se hallan en las plantas, rocas, animales, y demás (神, kami). Pero con la introducción de la cultura China, también vino el Budismo, una religión no teísta centrada principalmente en cuestiones del alma, como la moral o la resurrección. En lugar de luchar, y la religión más “moderna” y “sofisticada” reemplazar a la nativa, en Japón Budismo y Sintoísmo encontraron un equilibrio particular que se mantiene hoy día. Cada una se ocupa de distintas partes de la espiritualidad humana, y los templos de ambas religiones se hallan dispersos de manera homogénea por el país. Cada religión tiene sus ceremonias, y la mayoría de los japoneses comparten las creencias de ambas y atienden a los ritos correspondientes sin ninguna clase de conflicto.

¿Sincretismo arquitectónico?
¿Sincretismo arquitectónico?

Otros ejemplos de sincretismo se presentaron durante todo mi viaje, apareciendo en casi todos los aspectos de la vida y cultura japonesas. Durante una charla sobre el sistema legal japonés, aprendimos que aparentemente combina sistemas tan distintos como la ley de la China clásica, con doctrinas de derecho francés y alemán introducidas posteriormente. En la comida, la tradición japonesa se mezcla sin pudor con la comida Occidental (tristemente representada principalmente por la estadounidense). Los edificios tradicionales conviven con rascacielos de corte occidental en la ciudad. El calendario Japonés se adapta al Occidental y su año solar, pero sigue empezando muchas cosas, como el año financiero de muchas empresas o el calendario escolar, al comienzo del año tradicional.

Y como nota final y simpática, durante una ceremonia del té a la que tuve el honor de asistir, en un pabellón de tres siglos de antiguedad, en la escuela creada por el fundador del arte del té, guiados por un estudiante vestido completamente de kimono, éste sacó sin ningún problema su “smartphone” de entre los pliegues, y se puso a manejarlo sin problema, pero con la elegancia y contención habitual en este arte.

Como en otros idiomas, el inglés (y su alfabeto) es símbolo de modernidad y de lo eco
Como en otros idiomas, el inglés (y su alfabeto) es símbolo de modernidad y de lo eco